The Adversiter Chronicle

miércoles, 1 de agosto de 2012

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre


Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

 Libro: El deseo en el celibato
Autor: Gordon Thomas
Editorial: Plaza & Janes

 Traemos hoy a “Lomo con tapas” un libro que nos habla de sexualidad, que no de sexo, en uno de esos mundos ocultos que aún perduran en estos tiempos de revolución digital y digitales revoluciones: la Santa Madre Iglesia y como afecta a sus integrantes, monjas y sacerdotes, someterse voluntariamente a prescindir de la sexualidad en sus vidas.

No es un libro polémico en si aunque es de los que resqueman las neuronas de creyentes, maestros de ceremonias misales y jerarquías feudales vaticanas.
De su autor, Gordon Thomas, puedo contaros lo que trae la contraportada:

Gordon Thomas es autor y coautor de una veintena de libros, cuyas ventas sobrepasan un total de 34 millones de ejemplares vendidos en 36 países. Cuatro de ellos han sido llevados al cine como grandes producciones cinematográficas.

Tomas ha informado sobre el Vaticano desde los últimos meses del mandato pontificio del Papa Juan XXIII, en 1963. Cubrió la elección del Papa Pablo VI y fue recibido en audiencia privada en varias ocasiones, durante los quince años de su mandato pontificio, hasta que finalizó con su muerte en 1978. Fue comentarista durante el treinta y tres pontificado y los funerales de su sucesor, el papa Juan Pablo I, también del fin de cuatrocientos cincuenta y cinco años de dominio italiano en el Papado con la ascensión del polaco Karol Wojtyla como Papa Juan Pablo II.

Otros títulos de su obra son: El día en que murió Guernica; Pontífice; El año del Armagedón.

 A lo largo de cinco historias reales de sacerdotes y monjas, asistiremos a las tribulaciones y pensamientos encontrados de la vocación de servir a Dios y unas normas internas y terrenales donde el sexo y la sexualidad sencillamente deben ser anuladas.

Pero despojando la circunstancia religiosa, a lo que asistimos es al daño que produce la amputación consciente de algo tan inherente al ser humano como es la sexualidad. Como los sentimientos de culpa atormentan y que las reglas monacales no dejan de ser un sistema de control absolutista donde no hay lugar para el debate y mucho menos de plantear el tema ante una curia romana que trata de tapar las deserciones sin importar condenar al ostracismo social y familiar de aquellos sacerdotes y monjas que llegan a la conclusión de que servir al prójimo con el ejemplo de Cristo no está en absoluto relacionado con si hay fornicio o no en sus vidas…

 No suele ser habitual, pero en esta ocasión empiezo la muestra de unos breves pasajes del libro con una “Nota al lector”:

“Todas las personas que aparecen en este libro son reales. Sin embargo, me he sentido moralmente obligado a proteger algunos de sus secretos y en algunas ocasiones, esto incluye sus identidades. Al protegerles de esta forma, no creo haber violado mi deber para con la verdad ni haber transgredido ninguna de las admirables reglas que Macauley considera necesarias para escribir auténtica no ficción: <<Un historiador debe poseer una imaginación lo suficientemente poderosa como para hacer que su narración sea emocionante y vivida. Pero debe controlarla hasta el punto de limitarse al material que posee y evitar la tentación de sustituir las deficiencias con añadidos de su propia cosecha>>

Todas aquellas personas cuyas experiencias relatamos aquí serán tan reconocibles para ustedes como lo serán para sí mismos. Por supuesto, ellos crearon las condiciones –o bien se vieron envueltos en ellas- que permitieron que la luz emergiera finalmente de la oscuridad que durante siglos había rodeado la forma de vida que habían escogido. Ellos forman parte del misterio (si ésa es la palabra): cómo se enfrentan los sacerdotes y monjas de la religión más poderosa del mundo (la Santa, Católica, Apostólica y Romana) a sus necesidades sexuales, habiendo abrazado los sagrados votos del celibato y la castidad.

Quizá no sorprenda a nadie que las respuestas confirmen las sospechas, provoquen la consternación e incluso despierten la ira y el sobresalto. Sobre todo porque los hombres y mujeres que aparecen en estas páginas revelan sus propias verdades íntimas y las de sus hermanos y hermanas en Cristo. Pero tras sus más evidentes motivos para romper el silencio hay algo más. La religión exige su castigo y reclama a sus víctimas. En este sentido, su historias es la de todos nosotros.”



Tribulaciones seminaristas…

“Seamus se dio cuenta de varias cosas mientras saludaba a sus padres en el cavernoso vestíbulo donde los seminaristas recibían a sus familiares. Su madre estaba más ajada que nunca. Hacía unas semanas que el hospital se había desentendido de ella. Aunque no le dieron un plazo de vida preciso, ella le dijo a Seamus con calma que no viviría más de un año. En cierto modo estaba contenta de haber salido del hospital…

…Seamus se sentía sorprendido y azorado. Desde aquella noche de verano en que sacó a colación la historia del sacerdote caído, había tenido mucho cuidado de evitar cualquier discusión con su padre acerca del sacerdocio, limitándose a generalizar: el estudio era duro y absorbente, habían hablado de renovar parte del seminario añadiendo otra ala para acoger el flujo de estudiantes previsto para la década siguiente. ..

…Por un fugaz instante, Mary apareció en su mente; luego, se desvaneció. No era el momento. Solía aparecer cuando no podía conciliar el sueño. Nadie lo sabía, ya que Seamus lograba mantenerla alejada de su mente. Se decía a si mismo que no había volición, que él no cooperaba a aquellas apariciones; pero no estaba seguro de encontrarse dormido en esas ocasiones. Tampoco sabía qué papel desempeñaba la imagen de ella. Aquella parte de su cerebro, la que controlaba las fantasías sexuales, todavía estaba inexplorada.”



Rebelión en las celdas…

“En toda reunión en que se discutiesen modificaciones o alteraciones, las opositoras mostraban estadísticas que apoyaban sus peticiones de menos libertad. Cien Hijas Italianas de San Pablo habían protagonizado los últimos abandonos para protestar por el cambio de sus hábitos. Las hermanas de Glenmary se oponían firmemente a que se revisara su reglamento. Las Hermanas del Inmaculado Corazón de María estaban abrumadas por la incertidumbre de los cambios en su rutina diaria. Las opositoras argumentaban que no había ni una sola Orden que no temiera las consecuencias futuras de aquellas innovaciones. Las (monjas) menores de treinta y cinco años abandonaban las comunidades porque no se cumplían las promesas del Concilio   Vaticano II. Argüían que desde Roma se estaban boicoteando sus conclusiones. En la última reunión, las opositoras presentaron cifras demostrando que en la Orden de la Santa Cruz habían perdido centenares de miembros entre las más jóvenes, y que lo mismo había sucedido con las Hijas de la Caridad. Aquel día, la sala de reuniones del convento se llenó de argumentos y contra argumentos, y los ánimos se encresparon un tanto.

Clare tenía su propio carácter sobre el asunto; pero temía cada vez más que, a pesar del indudable liderazgo de la madre superiora, la comunidad se pusiera del lado de su ayudante y de las monjas de mediana edad. Ella era un tapón muy eficaz para embotellar las ansias de cambios culturales de las monjas más jóvenes. Sin embargo, Clare no llegaba tan lejos como algunas de ellas y no exigía los intransigentes cambios que reivindicaban otras. Además, se daba cuenta de que al asistir a una de las más prestigiosas Universidades católicas de Irlanda se despegaría un tanto de la vida que había llevado durante los últimos siete años. Ya no estaría protegida por los muros de la comunidad, sino que se hallaría expuesta a una serie de nuevos y excitantes estímulos. Esta era una de las razones por las que se encontraba ansiosa de asistir a la conferencia…”



Pensamientos monjiles…

“Victoria tenía el convencimiento de que la única salida, la única esperanza de supervivencia, era permitir a las monjas una mayor libertad personal para que vivieran y trabajaran como ellas quisieran. De esa forma, podrían dedicarse a sí mismas de una forma más saludable y permitir que la Iglesia siguiera viva. Para ella, el voto de castidad era infinitamente menos decisivo que poseer una madura comprensión de la estabilidad psicológica. También consideraba muy importante el conocimiento de una realidad amplia: cuanto más claro y visible fuera el camino del mundo para una monja, mejor preparada estaría para enfrentarse a él…”



Reflexiones para un fornicio no permitido…

“El padre Philippe yacía en la cama, escuchando los ruidos de la cocina, hablando con Harry Turner desde el teléfono de la mesita de noche de Margot, explicándole por qué quería que Andy y Dan fuesen a ver a Perry.

Una vez más, las palabras de san Mateo volvieron a su mente. <<Muchos son los llamados, pocos los escogidos. >>  Él todavía sentía que tenía vocación y que estaba lleno de la gracia de Dios. Hacer el amor con Margot no había cambiado nada. Había sido una hermosa experiencia humana. No era menos sacerdote por eso. Lo que había ocurrido era una prueba irrefutable de que él no podía vivir una vida plena en Cristo sin tener en cuenta su sexualidad.

Esta vez hacer el amor con Margot había sido una experiencia placentera y significativa: el inicio de la recuperación de su amistad. Había sido un elemento esencial en su profunda necesidad de mostrar afecto y recibirlo. Le había hecho el amor con el mismo carácter esencial y sagrado que los sensuales, eróticos, humanos y apasionados amantes del Cantar de los Cantares en el Antiguo Testamento…”



En resumen que las directrices emanadas en el Concilio Vaticano II de cambio de reglas de vida monacal no son aplicadas y que Juan Pablo II era un retrógrado de tres pares de narices que defraudó las expectativas de gran parte de su soldadesca.

Libro ideal para joder al vecino beato, a mentes creyentes y cómo no, ideal para regalar a la suegra.

Está claro que anular la sexualidad por el motivo que sea crea taras y que en definitiva el Papa quiere que se aplique la norma que se aplican vigilantes de seguridad en servicios de puti club, discotecas y fiestas privadas: Donde tengas la olla, no metas tu polla...

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/





theadversiterchronicle@hotmail.es

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