The Adversiter Chronicle

martes, 5 de julio de 2016

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre


Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

SUPER 8 (2011)
(Aquella magia que tenía el Steven Spielberg)

Hubo un tiempo en que Steven Spielberg tenía magia a la hora de hacer sus películas y supervisaba a otros directores a los que cedía los trastos de la dirección pero manejaba el cotarro de la producción, películas universales donde se narraba desde el punto de vista juvenil en esa edad, esos tiempos, en que de deja la edad infantil porque la mente crece, jóvenes con cachivaches que imitaban el ingenio de los adultos y estos formaban parte del paisaje...
 
El caso es que el equipo de cata cinematográfica nos frotamos las manos, dejamos los bártulos y nos dispusimos a degustar un producto del Spielberg dirigido por el siempre solvente de J.J. Abrams donde no falta nada de aquel universo mágico del que hablaba antes. Una pandilla de adolescentes, unos adultos que aunque con problemas no dejan de ser padres responsables, una trama de aventura, de descubrir, como es aquí el caso, donde son testigos de un accidente ferroviario que libera un monstruo mientras ruedan una película casera para un concurso.
La pandilla resulta reconocible en una localidad típica, se comunican por los míticos walkie-talkies, viven aventuras a las que son ajenos sus mayores, se desplazan en sus bicicletas y tienen fuertes vínculos de unión como grupo que les hace protegerse unos a otros, en este caso son cineastas con personalidad propia cada integrante de la pandilla. Pero necesitan, o el director de la película así lo considera oportuno, una chica que interprete un papel...

Entonces aparece ella en pantalla y todos nos quedamos a media masticación de chuches y lingotazos de birra fría, nos quedamos obnubilados como el chico protagonista viendo ensayar su papel, sentimos su curiosidad por saber del mundo de Alice, nos extasiamos viendo su rostro que ya traspasa la frontera de un rostro de facciones femeninas pero con ese algo en la mirada de inocencia rota, de la belleza de sus ojos, de saber si su padre abusa de ella, de conocerla en suma y cogerla de la mano para que camine con nosotros, la actriz Elle Fannie, espléndida de hermosura.

Pero lo bueno de este tipo de productos con el toque mágico de Spielberg es que los adultos no violan a sus hijas, puede que sean atormentados, bebedores naufragando en la mierda diaria, incluso homicidas por accidente y respiramos aliviados cuando vemos que su padre sólo es un coloquetas medio alcoholizado que se redime liberando a su hija del monstruo, que resulta no ser tal, y queda en paz con el amigo de toda la vida al que dejó viudo sin quererlo, pensando que ojalá se hubiera matado él que todavía agoniza porque su mujer le dejó y reta a su hija en los efluvios del alcohol a que haga lo mismo.

Y el monstruo resulta no ser tal, es un E.T. De facciones monstruosas, pero sólo está asustado porque en este planeta le causan dolor, le enjaulan y estudian como si fuera un bicho raro y ve a los humanos como bichos raros que merecen morir. Pero al final E. T. vuelve a casa y los malos resultan ser los científicos, la casta militar que sólo busca un arma perfecta o conseguir conocimientos de los extraterrestres que les den la superioridad bélica.

Lo cierto es que la película se deja ver pero nos resulta difícil discernir si es porque disfrutamos en su tiempo de la magia de Spielberg, anduvimos en esas bicicletas y el mundo de 1979 nos resulta confortable porque conocimos el walk-man, escuchamos la banda sonora que suena de fondo y porque siempre mirar atrás es más reconfortante que mirar el presente. A nosotros nos gustó pese a que se repiten ya escenarios y acciones típicas de aquel Spielberg, pero lo mejor y por lo que siempre te queda la decisión de volver a verla cuando haya buena ocasión es por Elle Fanning que te enamora porque sientes curiosidad por saber su mundo y no aparece el deseo erótico-festivo porque conserva un halo de inocencia, te hace volver a aquellos tiempos y la mente viaja en el recuerdo, cómo será que pasamos
el resto de la noche tertuliando, y aparcando la tarea, sobre el eterno femenino...
Ya vendrá el turno de día y lo hará.


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/

 
 
 
                                                            

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