The Adversiter Chronicle

lunes, 27 de febrero de 2017

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre


Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

GHVIP: Expulsión de Alejandro Abad, drama a la italiana y reentrada, sin bragas, de Aída Nizar

Finalmente la audiencia decidió retirar su apoyo al majareta de Alejandro Abad y si la semana anterior expulsaban a Aída Nizar a la siguiente decidieron que regresara al concurso. Resulta patético que el formato haya llegado a un punto de previsibilidad y selección casi clónica y ciclónica de concursantes donde precisó de un revulsivo que al final es el alma de esta edición. Por otras partes asistimos a la entrada temporal de la novia del cantamañanas italiano, dicho con cariño.

Comenzamos por el italiano de esta edición, Marco Ferri, que cumple con los requisitos de este tipo de formato que mandan los cánones: musculado y agradable a la vista tanto a público hetero como no hetero, chapurreo destrozando el español pese a la timorata de años que hace que lo habla, galán de gabán que se cuelga y balancea en la rama haciendo cucamonas a la vez que menta a su amada, tipo curioso que parece soportar bien el estrés...
Hasta que su novia oficial, una beldad argentina con mucha clase e hipnóticos ojos, le dejó claro en dos minutos al teléfono que sus cucamonas con la estadounidense Alyson le sentaban como una patada en los morros.

El bueno del Marco se olió desde ese momento que dar rienda suelta a sus hormonas de galanteo y jugueteo de flirteo le iba a traer consecuencias con su novia. Como es norma, la productora ha visto carnaza y tal vez la fómula mágica que resuelva el desastre de esta edición: la desquiciada de Aída Nizar y un lio de celos con protagonistas temperamentales. Porque el italiano al ver que su novia entraba temporalmente a tomar medidas, nunca mejor dicho, le montó un pifostio cuando vio y fue herido su orgullo de macho alfa latino y amante cojonudo ante la falta de efusividad amorosa de la moza al verle que me dejó acojonado ante tal furia latina frente a la clase y frialdad argentina y femenina.

Yo debo de estar jodido y ver otro concurso al que ven el resto porque yo vi a un jeta picaflor que antes de que la parienta le montara una y le cantara las cuarenta decidió hacerse el ofendido y montarle un broncón que destilaba machismo y tópicos típicos de los machos alfa italianos. Si en vez de argentina la clase fuera prusiana seguro que éste se hubiera llevado un bofetón por cantamañanas, aún admitiendo que la moza estuviera sugestionada por los comentarios de las redes sociales, pero la otra alternativa que tengo es pensar que saben mucho y de qué forman parte y nos han deleitado con un culebrón en directo en magistral interpretación. Prefiero darles un voto de confianza aunque la actitud de Marco me produjo vergüenza ajena...
A ver en qué acaba, si fornicio o cornamenta.

Y se me ha ido mi favorito, el Alejandro Abad, majareta como buena mente creativa y para mí el más auténtico, luchando contra los vientos en aspa de molino, guasón sin guasa ni público que captara su gracia, pero tampoco él riendo las gracias. Si Alejandro fuera canción, sus compis serían estribillo, pero es ser humano y complejo, al menos más que la mayoría de sus compis de concurso, osado por locura o loco osado, sus huesos en la calle han dado al ser por la audiencia expulsado...
¡Lo sé, seguir esta edición me está dejando algo majara!

Por último la última en salir y repescada a la siguiente semana. Lo de la señorita Nízar lleva camino de pabellón de psiquiatría, conozco casos en los que por menos y más consistentes argumentos que sus diatribas y turras místico-filosofoide, y casi filosofales en su amalgama de credos religiosos, han sido sometidos a tratamiento de contención y dosis intravenosas de Haloperidol, dol, dol.
Pero se quiera o no, se ha convertido en el alma de la edición donde cual Juana de Arco, se cree en la gracia del Señor y pregona la fraternidad sin hipocresías, el amor sincero sin felonías, el calvario de la elegida ante los muebles de ofensiva...

El caso es que la siempre irritante de Electra le bajó la falda cuando se hallaba inclinada sobre la encimera de la cocina y se quedó con el culo al aíre y lo otro aireando...
Parece ser que esta buena mujer no acostumbra a utilizar ropa interior en casa, en la intimidad y en los concursos televisivos; pasaré de chanzas y chirigotas porque definitivamente Aída Nízar no merece tanto. Estamos ante una persona con problemas mentales que en lugar de recapacitar sigue en su delirio, que disfrazado de personaje televisivo con extravagancia de ideas, le permite seguir en la sociedad llamando la atención. Son síntomas claros de un problema mental que va a terminar mal.

Lo de no llevar bragas es sólo un anécdota más que en condiciones normales es un síntoma que haría que sus familiares tomaran medidas, claro que viendo a su señora madre, tal vez el majara sea yo aunque tenga menos argumentos que ella para ser sometido a contención.
Que quede claro, no es un personaje, es una persona que no está en sus cabales y necesita ayuda por mucha gracia televisiva que haga...


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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