The Adversiter Chronicle

lunes, 11 de septiembre de 2017

"Manual del Buen Comer", por el profesor T. A. Rambaina


Con la colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter Chronicle

BANDERILLAS PICANTES

Tratamos hoy de otro de esos alimentos básicos que ha paliado y palian a ingentes cantidades de agentes comerciales, estudiantes universitarios, becarios y aprendices sin olvidar parados a la caza del pincho en la barra del bar, bingueras o miembros de las fuerzas del orden en tedioso turno dentro del coche o la ya lejana mili donde con nocturnidad y alevosía se consumieron para paliar la gusa. Pero también es un alimento que se ama o que se odia, incluso está la variante que no pica, pero eso ya no es la típica banderilla o toreras que ha enamorado y seducido paladares desde hace generaciones...

-¿Un alimento completo, querido profesor, ein?

-¡Completo es poco! ¡Completísimo, Skizo´s, completísimo! Piense que en el espacio de un mondadientes encontramos un encurtido con vitaminas y proteínas combinado en una mágica composición de color que ya seduce a la vista y prepara al paladar que se convierte en una fanfarria de sabores que logra que las consumamos con una satisfacción consumista que pocos productos alimenticios procesados industrialmente logran salvo los dulces y bollería industrial pero a su misma altura la banderilla, no puede haber alimento más contrapuesto que una banderilla y un postre industrial, dos extremos podría decirse...

-Pues analicemos los ingredientes...

-La marca elegida reúne todos los cánones que se deben exigir al producto en relación calidad-precio, sabor y satisfacción final. Recalcar que he omitido las banderillas dulces porque no pica y la banderilla debe dejar picando la boca, pero poco a poco y progresivamente de tal forma que se llegue al clímax gastronómico cuando se junta la saciedad con el picor a tope. Por supuesto que estómagos sensibles es mejor que coman zanahoria cruda antes que encurtidos picantes. El orden de los ingredientes es fundamental. Comienza con el pepinillo que ha de ser proporcional al resto de elementos que forman el conjunto. Hace unos años se puso de moda en garitos y lupanares finos poner la banderilla con casi medio pepinillo y con el culo del pepinillo pasa como con el culo del Pan Bimbo que sabiendo que es pan siempre lo desechamos. Trozo de pepinillo, que es una cucurbitácea de flores pentámeras, radiadas y de ovario ínfero. Todo proteínas y cuyo tono verdoso, y si está bien troceado su grosor, incitan a la ingesta y digno primero del conjunto.

-Le sigue la siempre sonrojante guindilla...

-¡Así es, así es, debe sonrojarnos pero sin llegar a convertir nuestra boca en las puertas del infierno por ardor picante, lo justo para sonrojar pero insuficiente para picar y se aborda el siguiente ingrediente con la siempre refrescante aceituna! ¿Puede haber mejor sinfonía en un encurtido? Yo diría que es una obra maestra tal orden de los ingredientes, una auténtica obra maestra. Sigue el pimiento rojo, seductor, refrescante y proteínico para terminar en mágico fin de ingesta con la cebollita, fuente de ácido fólico. Si se le suma la maestría de la marca en añadir la cantidad exacta de vinagre, sales, conservantes y demás, tenemos un producto perfecto donde si somos ahorrativos, por ejemplo dejando las cebollitas aparte sin consumir, pues nos da para unas hojitas de lechuga con cebollitas... Una amortización excelente, excelente.

- ¡Cierto profesor, y si conservamos el tarro una vez consumido su contenido nos puede servir de apaño para una micción nocturna inesperada como orinal!


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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